De una herida, lo que importa es la cicatriz. "Jacques Lacan"

En el psicoanálisis Lacaniano, la “herida” puede interpretarse como un trauma psíquico, una experiencia dolorosa, una falta, una pérdida o un evento que marca al sujeto. Pero Lacan pone el acento no tanto en el hecho traumático en sí (la herida), sino en cómo queda inscrita esa experiencia en el sujeto (la cicatriz).

La cicatriz es la marca simbólica : lo que queda luego de que el dolor inmediato ha pasado. No es el acontecimiento en bruto, sino la forma en que ese acontecimiento se inscribe en el lenguaje y en el deseo del sujeto. La herida remite a lo real ; la cicatriz, a lo simbólico. En Lacan, lo real es lo que no puede ser simbolizado, lo traumático. Pero la cicatriz ya es una forma de simbolización, una huella estructurante en la subjetividad.

Es en la cicatriz donde el sujeto se construye. La identidad y el deseo de una persona están profundamente ligados a las marcas que la historia le ha dejado. No somos lo que nos pasó, sino cómo inscribimos y narramos lo que nos pasó.

Lo decisivo es la forma en que ese hecho queda marcado, simbolizado y estructurado en el sujeto.

A modo de ejemplo :

Una persona que fue abandonada en su infancia podría vivir años con esa herida. Pero lo que condicionará su vida adulta no será solo el abandono en sí, sino cómo se significó ese abandono en su historia psíquica : ¿ Como una traición?, ¿ como una prueba de que no merece amor?, ¿ como una causa para rebelarse?

Esa significación es la cicatriz. Es lo que estructura su forma de amar, de confiar, de vivir.

Soy Miriam El Faiq, terapeuta especializada en acompañar procesos de transformación emocional profunda. Mi enfoque se basa en crear un espacio seguro para que puedas escuchar tu síntoma, entender su mensaje y reconectar con el sentido de tu malestar. Te invito a conocer más sobre mi trabajo y acompañamiento en:  www.miriamelfaiq.com

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